Ituzaingo y Roca

El edificio se proyecto como un contenedor con una cascara compacta y solida que nos proteja de las problemáticas de la ciudad. Compuesto por tres crujías perpendiculares a la calle que a su vez están divididas y vinculadas por el núcleo vertical, formando dos volúmenes espejados.
Lo que diferencia a los dos volúmenes es el tratamiento de las fachadas. Al norte, frentista a calle Ituzaingo, se desarrolla una gran piel continua de aluminio que otorga privacidad y seguridad, y formaliza el frente hacia la calle. Logrando una dinámica de llenos y vacíos, de luces y sombras, de transparencias y reflejos. Este cerramiento de lamas horizontales, mediante su forma y materialidad, ofrecen una identidad ambigua, reforzando la flexibilidad en los usos y la heterogeneidad programática del barrio.
El parapeto de los bacones se materializa con un cantero, sumando un colchón vegetal, que hace de filtro, aporta naturaleza, y protege a la segunda cara de vidrio del asoleamiento del norte.